AÑO DE LA FE

SER COMUNIDAD CRISTIANA EN EL ENCUENTRO CON JESUCRISTO Y EN LA COMPRENSIÓN FRATERNA

sábado, 21 de marzo de 2020


VIVIR EL DOMINGO DESDE EL
"YO-ME-QUEDO-EN-CASA"



Estos días de confinamiento en las casas por la pandemia del coronavirus nos resultan raros de vivir.

Estamos descolocados por la falta de un horario preestablecido que guíe nuestro quehacer a lo largo del día. Queda indefinido el tiempo del trabajo (cuando no, el temor a perderlo), las horas de hacer los deberes, la oportunidad de salir a la compra, la hartura de TV con repetidas noticias (siempre el tema del virus) y la reposición una y otra vez de programas deportivos, de películas, música, etc. Sin distinguir los aburridos días de la semana del propio finde.

No obstante, hay un día que no podemos perder de vista: el domingo, que el Señor nos brinda como oportunidad de encontrarnos personalmente con él, de dialogar con él respecto al fenómeno de la pandemia que nos preocupa. Y, aunque muchos de nosotros no vayamos mucho a misa, parece que ahora necesitamos ir, nos apetecería ir. Pero resulta que, precisamente ahora, no podemos ir a la iglesia por aquello de tener que cumplir las indicaciones recibidas de la no aglomeración de personas y contener el contagio.

Sin embargo, la Palabra de Dios no está encadenada y en este IV Domingo de Cuaresma el Evangelio de San Juan nos recuerda la sanación del ciego de nacimiento por parte de Jesús, y la reacción de la gente ante este milagro ("quién pecó éste o sus padres para que naciera ciego?").

La pandemia del coronavirus no nos remite a ningún pecado nuestro. No debemos juzgarla como un mal merecido ni como castigo de Dios. Jesús, como Hijo de Dios, se manifestó con el ciego devolviéndole la vista y todo "para gloria de Dios".

En estos días debemos estar despiertos, hablar con Dios para vivir como hijos de la luz y de la esperanza en superar esta pandemia. Nuestra herramienta es la oración.

Desde nuestra casa podemos vivir hoy el domingo dedicando también un tiempo a reflexionar este pasaje del evangelio de San Juan (Jn 9,1-41). En estos días hemos de estar despiertos, hablar con Dios para vivir como hijos de la luz. Ello nos infundirá esperanza. Y como el ciego de nacimiento, superada la pandemia veremos la luz, y todo esto nos ayudará a vivir una vida más austera, más solidaria, menos prepotente y más abierta al corazón de los demás".

N.P.D. Francisco de Llanos.

1 comentario:

  1. D.Francisco, agradecemos mucho tu hoja pastoral, como siempre muy interesante tu reflexión evangélica. Comentaremos tus palabras en familia mañana después de oir misa.

    ResponderEliminar