Al llegar los magos a Jerusalén, éstos preguntaron en la corte el paradero del "Rey de los judíos". Los sacerdotes y maestros de la ley supieron informarles que el Mesías debía nacer en Belén, ciudad natal de David; sin embargo no fueron a adorarlo. Los magos ofrecieron oro, incienso y mirra, sustancias en las que la tradición ve la realeza mesiánica de Cristo (oro), de su divinidad (incienso) y de su humanidad (mirra).
Así llegaron a Guzmán y fueron coronados en nuestra parroquia el 2 de Enero.
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