AÑO DE LA FE

SER COMUNIDAD CRISTIANA EN EL ENCUENTRO CON JESUCRISTO Y EN LA COMPRENSIÓN FRATERNA

domingo, 9 de marzo de 2014

CUARESMA – 2014




El momento cumbre del año litúrgico cristiano es la Pascua de la  Resurrección del Señor; por ello, el fundamento, el horizonte y la dinámica de nuestra vida de fe tiene su lugar natural en la experiencia pascual. Ahora bien, vivir la Pascua conlleva una preparación que es el tiempo de Cuaresma (cuarenta días), y un tiempo posterior que son los cincuenta días hasta Pentecostés.
Este Miércoles, 5 de Marzo, comenzamos ese tiempo de Cuaresma celebrando la Eucaristía a las 7h. de la tarde, dentro de la cual tendrá lugar la bendición y el gesto o rito de la Imposición de la Ceniza; por eso le llamamos “Miércoles de Ceniza”.
Durante un tiempo largo, el pueblo de Israel, a pesar de sus idolatrías, de las peleas que tuvieron entre sí y de sus sufrimientos y privaciones, logró vivir la experiencia de la fiel presencia de Dios y su misericordia. Creció en la fe y en la esperanza de la venida del Mesías, Jesús.
Jesús, durante un tiempo simbólico de cuarenta días, fue tentado en el desierto por el espíritu del mal (la soberbia, la vanidad, el dinero y el poder), haciéndole desistir de su misión salvadora. Jesús vivió la crisis del sentido de su vida y de su relación con Dios Padre.
Muchos de nosotros estamos teniendo en nuestras vidas la experiencia del desierto. Vivimos una crisis en nuestras relaciones familiares, en nuestras comunidades cristianas de alejamiento de unos con otros; la crisis económica nos está descentrando a muchos y el desierto es duro para quienes se están quedando sin trabajo. Además, estamos desistiendo de la Palabra de Dios: seguimos empeñados en los bienes materiales del prestigio social, del dinero y del poder de unos sobre los otros; y rechazamos vivir en austeridad y sencillez, sin estar dispuestos a compartir lo que somos y lo que tenemos con las personas menos favorecidas. Este es nuestro pecado. Por ello, este tiempo de Cuaresma nos puede ayudar a reflexionar, a revisar nuestras vidas personal, familiar y comunitaria, y actualizar en ella el sentido cristiano; así podemos convertirnos a una forma de vida más digna y a prepararnos en este tiempo para vivir la experiencia pascual de Jesucristo Resucitado.
Un saludo fraterno para todos.
Francisco de Llanos Peña

Castilleja de Guzmán, Cuaresma de 2014

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